domingo, 13 de novembro de 2022

 

 

 


 

 

Al Centro Rayeante

 

 

Tu estás entre los cúmulos

Oro del cielo azul,

Los cúmulos radiantes

Del redondo horizonte desertado

Por el hombre embaucado,

Dios deseante y deseado;

Estas formas que llegan al cenit

Sobre el timón, adelantadas, y acompasan

El movimiento excelso lento,

Insigne cabeceo de una proa,

Cruzándose con su subir, con su bajar

Contra el sur, contra el sur,

Enhiesta, enhiesta como un pecho jadeante.

 

Tú vienes con mi norte hacia mi sur,

Tú vienes de mi este hasta mi oeste,

Tú me acompaña, crece único, y me guías

Entre los cuatro puntos inmortales,

Dejándome en su centro siempre y en mi centro

Que es tu centro.

 

Todo está dirijido*

A este tesoro palpitante,

Dios deseado y deseante,

De mi mina em que espera mi diamente;

A este rayeado movimiento

De entraña abierta (en su alma) con el sol

Del día, que te va pasando en éstasis*,

A la noche, en el trueque más gustoso

Conocido, de amor y de infinito.

 

 

Juan Ramón Jiménez

 

 

 

 

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